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Museo Nacional del Cabildo de Buenos Aires y de la Revolución de Mayo

El Cabildo visitó el CENS N° 24 en el penal de Devoto

Taller en el Centro Educativo de Nivel Secundario que funciona en el Complejo Penitenciario Federal

La Semana de Mayo es uno de los momentos cumbres del Museo del Cabildo. Niñas, niños, adultos, solos, en grupos escolares y en familia -de los más diversos puntos-, visitan el Museo en esos días. Quienes trabajamos acá pensamos para esa ocasión diferentes propuestas para los diversos púbicos que nos visitan. Por eso, y como parte de los debates que guían nuestras prácticas, nos preguntamos qué pasa con aquellas personas que no pueden visitar el Museo. 

Esa pregunta motor que busca mover día a día nuestros límites nos llevó en esta oportunidad a ponernos en contacto con el Centro Educativo de Nivel Secundario N° 24 que funciona en dos sedes; una de ellas, al interior del Complejo Penitenciario Federal de CABA (más conocido como el penal de Devoto). Nuestra visita a la escuela tuvo como objetivos centrales que los estudiantes puedan pensarse como público posible del Museo y su vinculación con el patrimonio que acá se exhibe y que también les pertenece. Y, a su vez, nuestro objetivo como museo público fue garantizar el derecho al acceso a la cultura a las personas privadas de su libertad ambulatoria. Como dijimos una y otra vez en el aula, el Museo no es sólo el edificio ni el patrimonio que aloja. Es la interacción entre quienes lo visitan, las historias, reflexiones, ideas y sentimientos que se movilizan en torno a lo que aquí se relata y en relación con las historias propias. Fue posible, entonces, salir del Museo y hacer Museo con ellos. Nosotras decíamos “sacar al Museo de sus muros” y ellos se sumaron a la metáfora: para ellos, como nos dijeron, nuestra visita fue la posibilidad de “sacar la cabeza de los muros”. 

 

La propuesta que llevamos fue una de nuestras visitas guiadas preferidas: “A correr la voz”, una actividad centrada en la reflexión sobre los canales de producción y circulación de la información en el período tardo colonial y revolucionario. A modo de cierre de la visita, para que sus voces se hagan presentes en este espacio y para que puedan, de alguna forma habitarlo, invitamos a los estudiantes a hacer correr la voz y enviar mensajes al Museo. Mensajes que puedan leer quienes visitan este espacio y, eventualmente, cuando ellos lo recorran puedan reencontrarse. Hoy, en la recepción, pueden encontrarse con esos mensajes.

Esta propuesta, que tuvo un principio y un fin, nos abrió nuevas preguntas que aún no encuentran respuesta pero son las que seguramente nos harán profundizar los caminos para construir un Cabildo Abierto.

 

El equipo del Programa de Accesibilidad agradece especialmente a Emiliano Fernández, Héctor García y Andrea Massaroli por aceptar la propuesta y posibilitar su realización. 

Cada experiencia, cada nuevo colectivo que buscamos reconocer como público posible nos impone nuevos desafíos, nuevas tensiones y cuestionamientos y responsabilidades. ¿Estaremos a la altura de las circunstancias si esos públicos a los que buscamos convocar logran sentir pertenencia con el Cabildo? ¿Qué públicos quedan como excluidos de los excluidos?

Las preguntas que nos mueven, una y otra vez, son cómo hacemos para ser un Cabildo abierto, y si lo somos, ¿con eso alcanza para ser accesible?

Para solicitar información sobre el Programa de Accesibilidad, llevado a cabo por Johanna Di Marco, Clara Sarsale, Belén Barthe y Milena Pozzo, escribir un mail a [email protected]