El 2 de diciembre se conmemora el Día Internacional por la Abolición de la Esclavitud.
En mayo de 1810, en el solar de este Museo, se inició un proceso revolucionario que se expandió por la región rioplatense. ¿Pero qué impacto tuvo la Revolución en la vida de las personas esclavizadas?
La nueva muestra temporaria del Museo, "La Conspiración", está inspirada en el caso del complot contrarrevolucionario encabezado por Martín de Álzaga, comerciante de origen español, que tuvo lugar entre julio y agosto de 1812. Esta conspiración fue denunciada por un esclavo llamado Ventura, que gracias a esta acción, fue premiado con la libertad. A partir de este episodio histórico, se puede dimensionar cómo nuevos valores “patrióticos” comenzaban a permear en la población, así como también nuevas ideas: las de libertad e igualdad.
Unos meses antes, en las vísperas del segundo aniversario del 25 de mayo, el Triunvirato gobernante había decretado la prohibición de la “introducción de expediciones de esclavatura en el territorio de las provincias unidas”. El Cabildo como institución había impulsado esta medida. El Museo cuenta en su colección con los ejemplares de la Gazeta de Buenos-Ayres, el periódico oficial de los primeros gobiernos revolucionarios.
En la edición del 15 de Mayo de 1812 se publica una comunicación del Cabildo al Triunvirato, de la cual transcribimos los siguientes fragmentos:
“¿Hasta quando daremos abrigo en nuestros puertos á esas naves, cargadas de padres, de hijos, de esposos que arrancados traidoramente del seno de sus familias, vienen á saciar en su triste existencia la codicia, y los caprichos de sus barbaros robadores? Vergüenza es de un pueblo libre, ser indiferente á estos excesos; consentirlo es deshonra; delito autorizarlos”.
[…] dictar la proscripción del tráfico sacrílego de sangre humana. La política y la experiencia demuestran que es preciso cegar para siempre ese manantial venenoso de injusticias, de crueldades, y de delitos: que no vengan más esos hombres desgraciados á fomentar en nuestras familias los vicios que las destruyen. Es necesario alejar de nuestros hijos los exemplos domésticos de abatimiento, de indolencia, y de corrupción, y extinguir la causa del engreimiento estúpido y de la poltronería invencible que engendran frecuentemente la adulación de los esclavos, y el hábito de dominar como señores: que se acostumbren nuestros ciudadanos á distinguir a los hombres por el principio de sus acciones […]
"Estas razones y otras muchas que es escusado repetir quando hablan los sentimientos, empeñan al cabildo á pedir á V.E. se sirva decretar la abolición del comercio de negros en nuestros puertos: que después de promulgado el decreto, todos los esclavos de la costa de África que toquen en nuestras playas, sean libres, y de cargo del estado darles destino útil; y que se impongan los más severos castigos á qualquiera de nuestros ciudadanos que directa ó indirectamente fomente aquel comercio. Esta corporación reposa en la confianza de que V.E. no se negará á una solicitud que tanto honor hace al nombre americano, y que sellará con este decreto de humanidad y de justicia el plan de beneficencia que ha formado V.E. para celebrar el aniversario de nuestra libertad civil”.
Este decreto, junto al conocido como de “libertad de vientres”, sancionado al año siguiente por la Asamblea del Año XIII, fueron los primeros esfuerzos políticos por abolir la esclavitud en este territorio. Pero pasarían varias décadas para que el régimen se extinguiese formalmente. Será recién en 1860, cuando la provincia de Buenos Aires adhiera a la Constitución sancionada por la Confederación en 1853, en la cual se declara que “En la Nación Argentina no hay esclavos: los pocos que hoy existen quedan libres desde la jura de esta Constitución”.
