Manuel Pablo Núñez de Ibarra (1782-1862) fue quien hizo el primer retrato de San Martín que haya circulado por Buenos Aires. Grabador y platero correntino, influido por los talleres artísticos de las misiones jesuítico-guaraníes, para 1809 se encontraba en la capital virreinal. Ese año realiza dos imágenes religiosas de devoción popular: Santa Rita, vencedora de "lo imposible", y San Telmo, patrono de navegantes.
San Telmo
Una década después, sus próximos grabados difundidos fueron los de los héroes militares revolucionarios: San Martín y Belgrano.
En 1812 propuso al Cabildo la organización de un taller de fundición de tipos móviles de imprenta o letras de molde. La solicitud que presentó para obtener financiación pública enfatizaba el "talento" de los americanos para superar a los europeos con "protección, fomento y buenos modelos". Su propuesta se realizaría en "los mismos términos de las ideas extranjeras", consultando "La Enciclopedia, o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios", editada en Francia entre los años 1751 y 1772 bajo la dirección de Denis Diderot y Jean le Rond d'Alembert: el proyecto insignia de la Ilustración que tenía por consigna la educación. En su escrito sostenía que el dibujo era necesario para el desarrollo de los oficios, para "no necesitar de los extranjeros". La instrucción de jóvenes era imperiosa en un "arte tan esencial en la sociedad, tan recomendable en los imperios que nos han precedido y de tanta utilidad que nos ha sido para consolidar nuestro sistema de libertad y hacernos conocer a las potencias extranjeras por nuestra dignidad característica, por la sabiduría de nuestro gobierno y por la fuerza irresistible de nuestras armas".
Al conocer esta iniciativa, Belgrano le escribe una carta a Núñez de Ibarra desde Tucumán el 12 de noviembre de 1812:
"Apreciadísimo Amigo:
Los fines a que se dirigen sus conocimientos son grandes, y muy útiles en las actuales circunstancias, para formar hombres. Mucho me complazco, y desearía que tuviera aceptación por nuestro Excelentísimo Gobierno y se empezase a trabajar. Conozco que como verdadero hijo de la Patria, procura V. los adelantamientos de todos sus naturales; sea V. constante en sus trabajos y conseguirá los fines que se propone. No dudo que el Gobierno lo atiende y aprecia, como lo aprecia su más afectuoso servidor”.
En 1815 Núñez de Ibarra estaba enseñando en la escuela de dibujo fundada por el Padre Castañeda y sostenida por el Consulado de Comercio, expresión de los proyectos ilustrados de Belgrano.
Aviso publicado en "La Gazeta de Buenos Ayres", el 22 de abril de 1819
Enciclopedia. Ilustración de matricería de imprenta. Louis-Jacques Goussier fue el principal artesano que colaboró con ilustrar los volúmenes de La Enciclopedia. Sus escenas de trabajo son idealizadas: armónicas, pulcras y ordenadas
En mayo de 1818, las victorias del "ejército unido de los Andes" comandado por San Martín en las batallas de Chacabuco y Maipú impulsaron a que el Congreso de las Provincias Unidas de Sud-América ordenara la confección de grabados conmemorativos: "(...) deseando manifestar en nombre de la Nación que representa el justo reconocimiento que es debido al genio, y a la virtud, ha venido en decretar, y decreta lo siguiente:
Art. 1°: Con el objeto de establecer un monumento que perpetúe la gloria nacional adquirida en las expresadas victorias, se abrirá una lámina en cuyo centro resaltará el retrato del General San Martín teniendo á cada lado un genio. El de la libertad ocupará el lado derecho , y el de la victoria el izquierdo, ambos con sus respectivos atributos en una de las manos, y sosteniendo con la otra una corona de laurel algo levantada sobre el retrato. Al pie de este se pondrán los trofeos militares correspondientes dominados por las banderas nacionales de Chile y de este Estado: á su contorno se pondrá la inscripción siguiente: La Gratitud Nacional al General en Gefe y exercito vencedor en Chacabuco Y Maypo. La vista de esta batallas y la de los Andes ocupará la parte más visible, y restante de la Lámina.
Art. 2°. Se distribuirá un cuadro de esta clase á cada una de Ids capitales y ciudades subalternas del Estado que deberán colocarse solemnemente en sus respectivas Salas Capitulares".
Redactor del Congreso N° 32, 15 de junio de 1818. Decreto
Acto seguido, en junio de 1818, Núñez de Ibarra se hizo eco del decreto y propuso realizar una lámina de San Martín al Cabildo, elevando una petición de financiamiento, junto a una carta de presentación del trabajo:
"Mi objeto es grabar una lámina de este original, en cobre, para perpetuar la memoria de tan digno Jefe, y tener el placer de que los Pueblos de la Unión vean en estampa y admiren las virtudes del que desearían conocer personalmente... para que al mismo tiempo que su vista inflame el corazón de los Patriotas, cause terror a los enemigos que aun tengan la osadía de querer resistirle".
El Cabildo le otorgó 150 pesos por grabar al buril en chapa de cobre el retrato de San Martín y estampar 100 ejemplares, justificando la inversión del siguiente modo:
"El Síndico Procurador ha tenido a la vista la Estampa que contiene el retrato de la Persona del Excelentísimo Señor Don José de San Martín. Y en ella admira su majestuosa aptitud, propiedad, viva expresión, no menos que su exacta proporción a las delicadas reglas del dibujo, en cuya atención es de parecer que para los gastos del grabado se auxilie al suplicante con 150 pesos, o lo que fuere de superior grado".
Núñez de Ibarra confeccionó un retrato ecuestre del héroe dedicado al "Excelentísimo Cabildo de Buenos Aires", sin seguir las instrucciones alegóricas del decreto del Congreso.
San Martín por Núñez de Ibarra
La imagen heroica se había expandido por el mundo a partir de la iconografía napoleónica, figura con innumerables retratos ecuestres. Según el historiador del arte Roberto Amigo, también es posible que Núñez de Ibarra haya estado bajo el influjo de las estampas de guerrilleros españoles.
Napoleón por Jacques-Louis David / Oficial de cazadores por Théodore Géricault
Retrato ecuestre de Julián Sánchez, “El Charro”, combatiente contra los ejércitos napoleónicos, realizado por Mariano Brandi
Ese mismo año, 1818, regresó a Francia el oficial bonapartista Ambrosio Cramer, quien había actuado primero bajo el mando de San Martín y luego de Belgrano en las contiendas revolucionarias, siendo luego desplazado por indisciplina. Cramer se vinculó con el joven y ya célebre artista Théodore Géricault, encargándole la confección de cuatro litografías con vistas a venderlas en Sudamérica: un retrato ecuestre y dos escenas de las batallas de Chacabuco y Maipú con San Martín como protagonista, y un retrato de Belgrano. Llevaba el retrato de Núñez de Ibarra para que sirviera como modelo fisonómico de las escenas sanmartinianas. Géricault, en paralelo, estaba trabajando en su célebre obra "La balsa de la Medusa".
Batalla de Maipú y retrato de San Martín por Théodore Géricault
Posteriormente, Núñez de Ibarra vuelve Corrientes. Su último grabado conocido regresa a la temática religiosa, su punto de partida. Es una estampa de la mayor devoción popular correntina, la Virgen de Itatí. Muere en 1862 a los 80 años en su tierra natal.
- Bibliografía
- Amigo, Roberto. 2016. “Un artista de la Revolución”, en Página/12 del 07/07/2016, Buenos Aires: https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-303615-2016-07-07.html
- Munilla Lacasa, María Lía . 2013. "Celebrar y gobernar. Un estudio de las fiestas cívicas en Buenos Aires, 1810-1835". Miño y Dávila: Buenos Aires.